La ruptura de la simbiosis primaria
Nos parece sumamente importante esta información publicada en http://www.dardemamar.com/simbiosis.htm y quisimos compartirla con ustedes.
Existe una extensa y a la vez poco conocida
literatura científica acerca del efecto de la ruptura de la simbiosis
primaria entre madre y bebé (por ejemplo, cuando se les separa tras el parto
o cuando se deja al bebé llorar solo en una cuna). La escritora Casilda
Rodrigáñez, en este ámbito, ha realizado un más que excelente trabajo de
documentación y correlación de gran cantidad de datos procedentes de
diferentes campos de investigación, con el objetivo de demostrar que esta
ruptura constituye un eslabón fundamental en la ontogenia del hombre
occidental moderno, competitivo, individualista, y con un elevado grado de
desconexión con respecto a su ser interno (emociones, pulsiones básicas,
miedos, etc...). A continuación se exponen unos interesantes párrafos
extraídos de su artículo La maternidad y la correlación entre la líbido
y la fisiología, para que el lector juzgue por sí mismo el impacto, a
nivel mundial, que tienen los hábitos de crianza primal de nuestra sociedad:
Nils Bergman explica [Restoring the original
paradigm (1)] que en nuestro rombencéfalo (hindbrain)
hay tres programas neurológicos, el de defensa, el de nutrición y el de
reproducción; cada uno de estos programas está asociado a un paquete de
hormonas y también a nervios y músculos, de manera que la activación de
uno y otro programa afecta de diversos modos a todo lo que ocurre en el
organismo. Estos tres programas que regulan todo el metabolismo basal de
nuestros cuerpos, preveen el mantenimiento de la vida en diferentes
circunstancias.(...)
.
Si se separa a la criatura de su madre, el programa de nutrición se
cierra y se abre el de defensa; la criatura entra en un estado de
alerta, y protesta mediante el llanto reclamando ser devuelta a su
hábitat. La criatura separada de la madre realiza una actividad intensa
que cursa con una bajada de la temperatura corporal, disminución del
ritmo cardíaco y respiratorio, taquicardias y apneas, inducidas por el
aumento masivo de glucocorticoides (hormonas del stress). Y si la
criatura es mantenida separada de la madre durante tiempo, llorará cada
vez con más desesperación, y pasará del estado de alerta al de
desesperación, hasta que el cansancio le rinda. Bergman
dice que llorar es nocivo para los recién nacidos; ello restaura la
circulación fetal y aumenta el riesgo de hemorragia intraventricular y
otros problemas. Hay estudios que explican que las descargas
masivas de las hormonas del stress crean una toxicidad bioquímica que
perjudica seriamente a la formación del sistema neurológico, pues no
sólo dañan a las células cerebrales sino también la memoria y ponen en
marcha una desregulación duradera de la bioquímica cerebral
(2).
.
Bergman hizo un estudio comparando criaturas recién
nacidas apegadas a la madre con criaturas separadas de la madre (3);
se aseguró de que ambos grupos recibían exactamente la misma atención y
cuidado y que la única diferencia era el estar o no con la madre. La
tasa de cortisol, que se medía tomando muestras de saliva, era el doble
en las criaturas separadas de la madre. De esta manera se comprobaba que
el solo hecho de la separación produce una situación de stress en la
criatura recién nacida. El aumento de la tasa de cortisol -el aumento
del stress- llegaba a ser hasta de 10 veces más alta, cuando además de
la separación se sometía a luces intensas, ruidos, muestras de sangre,
etc. (como ha venido ocurriendo de forma rutinaria en el post-parto
hospitalario de la civilización contemporánea). Sin embargo, bastaba una
hora de contacto piel con piel con la madre para que la tasa de cortisol
bajara de 10 veces más a 2 veces más de lo normal. (...)
.
Otro dato aportado por los estudios clínicos de Bergman es el de la
regulación de la temperatura corporal de las criaturas recién nacidas.
Los gráficos de temperatura de una criatura en la incubadora, muestran
por un lado una falta de estabilidad: la temperatura corporal tiene
subidas y bajadas; y por otro lado, que siempre está por debajo de la
temperatura ambiente dentro de la incubadora, como si el cuerpo de la
criatura no pudiera absorber el calor del ambiente. En cambio, cuando la
criatura está sobre el cuerpo materno, las temperaturas de ambas se
aparejan y son estables; la criatura absorbe el calor del cuerpo
materno. Entre madre y criatura hay una "sincronía térmica". Además, la
media de la temperatura no estable en la incubadora es inferior a la
temperatura media sobre el cuerpo de la madre.
.
Otro estudio realizado con hombres y mujeres, madres y no madres, daba
el siguiente resultado: el torso de una madre tiene 1ºC de temperatura
más que el de cualquier otra mujer u hombre. Pero si la criatura tiene
la temperatura baja, la madre sube la suya hasta 2ºC con el fin de
calentarla; y si por el contrario la temperatura de la criatura es alta,
la madre baja 1ºC la suya para enfriarla. Esto es una prueba de
regulación mutua y de la sincronía fisiológica de la pareja
madre-criatura, parejas a la interacción de sus pulsiones libidinales.
.
La sincronización corporal se hace evidente de manera abrumadora en la
fisiología del amamantamiento. La composición de la leche que la madre
produce no es siempre la misma, siendo la criatura apegada a la madre
quien controla y determina las variaciones(...)
.
Bergman dice que la criatura en la cuna o en la
incubadora está en un "modo de supervivencia" (survival mode),
a la espera de volver a su hábitat, sobre el cuerpo de la madre; el
descenso de la temperatura corporal posiblemente sea un medio de defensa
para ahorrar energía en espera de volver al percho de su madre. Por eso
llora: para llamar la atención y que su madre le vuelva a poner en su
sitio, poder cerrar el programa de defensa y abrir el de nutrición y
recuperar el "modo de desarrollo" (grow mode).
.
Según estas investigaciones, los valores de referencia considerados
"normales" en pediatría (temperatura, ritmo cardíaco y respiratorio,
etc.) están equivocados, puesto que se han tomado como tales los valores
de las criaturas recién nacidas fuera de su hábitat normal, en un estado
de alerta y de stress. Bergman asegura que deben ser
re-evaluados (3). Estamos pues ante la misma situación
que refería Michel Odent sobre el parto hospitalario,
tomando como "normales" las mediciones fisiológicas en una situación
irregular. (...)
.
Hay muchos estudios que muestran que la falta de madre origina
diferentes trastornos psicológicos así como la violencia criminal.
Bergman se refiere a otro estudio publicado también por
A.N. Schore (4) y asegura que las
complicaciones que suceden durante el nacimiento afectan a la
personalidad, a la capacidad relacional, a la autoestima, y a los
esquemas de comportamiento a lo largo de toda la vida. Si a ello se le
añade el rechazo de la madre y la ausencia unión con la madre ("bonding"),
podemos constatar una fuerte correlación con un comportamiento
criminal y violento. La creación de nidos en los hospitales y
el aumento de la frecuencia de las separaciones precoces de la madre son
correlativos a los problemas de vinculación afectiva, al abandono de la
madre, y al aumento de comportamientos adictivos (necesidades orales del
bebé no satisfechas).
.
Esto puede ayudar a entender la afirmación de Michel Odent
(5) de que la mejor estrategia para obtener una
persona agresiva es separarla de la madre en su más tierna infancia;
así como otros estudios realizados sobre la correlación entre
separación de la madre y desarrollo de una persona violenta, entre
ellos el muy importante trabajo de JW Prescott que
deja patente la relación entre la falta de placer corporal en las
criaturas pequeñas y los orígenes de la violencia (6).
Margaret Mead también realizó un estudio similar en
diferentes tribus, que desconozco, pero que cita Carlos Fresneda (7).
No olvidemos tampoco lo que hacían los espartanos de la Grecia
post-micénica de tirar a los bebés al suelo para obtener buenos
guerreros de los que sobrevivieran al trauma. (...)
.
Allan Schore y sus colaboradoras (4) han comprobado que
la criatura separada de la madre puede pasar del stress (hipervigilancia)
a la desesperación y de la desesperación a un estado de desconexión
(disociación) para dejar de sufrir.
.
En la hipervigilancia, el sistema nervioso
simpático se activa fuertemente y de forma brusca, con un aumento del
ritmo cardíaco, de la presión sanguínea, del tono y de la vigilancia; la
angustia de la criatura se manifiesta con llanto y alaridos... este
estado frenético de angustia, que Perry llama "miedo-pánico", se conoce
como una estimulación ergotrópica... con secreción de tasas excesivas de
las principales hormonas del stress... que se producen en un estado
hipermetabólico del cerebro.
La disociación es el estado de reacción subsiguiente a la respuesta al terror, con embotamiento y retraimiento; es un estado de conservación y de repliegue, una respuesta del parasimpático que sobreviene en situaciones en las que la persona no tiene ni ayuda ni esperanza, una respuesta utilizada a lo largo de la vida, por la cual el individuo se desconecta para "conservar su energía", una conducta peligrosa de supervivencia en la que el individuo finge estar muerto; en este estado pasivo de profunda desconexión, la tasa de opiáceos endógenos es alta, lo que produce ausencia de dolor, inmovilidad e inhibición de gritos de angustia. El tono vagal aumenta considerablemente con una bajada de la tensión sanguínea y del ritmo cardíaco (...) en este estado, desde el cerebro de la criatura, tanto los componentes del sistema simpático que consumen energía, como los del sistema parasimpático economizador de energía se activan (...) provocando alteraciones bioquímicas caóticas, un estado de toxicidad neuroquímica para el cerebro de la criatura en pleno crecimiento.
Es preciso, pues, informar sobre lo que puede significar el dejar llorar a una criatura "hasta que se calle", "para que aprenda", etc. Porque quizá al principio se calle por cansancio físico y se duerma (una primera reacción de supervivencia); pero si se repite a menudo, lo que se hace es empujar a la criatura del estado de desesperación a estados de desconexión que se manifestarán en una amplia gama de síntomas autistas u otros, más o menos graves. Si el amor mantiene la salud, el desamor enferma. Dejar llorar a una criatura es un gran acto de desamor.
La disociación es el estado de reacción subsiguiente a la respuesta al terror, con embotamiento y retraimiento; es un estado de conservación y de repliegue, una respuesta del parasimpático que sobreviene en situaciones en las que la persona no tiene ni ayuda ni esperanza, una respuesta utilizada a lo largo de la vida, por la cual el individuo se desconecta para "conservar su energía", una conducta peligrosa de supervivencia en la que el individuo finge estar muerto; en este estado pasivo de profunda desconexión, la tasa de opiáceos endógenos es alta, lo que produce ausencia de dolor, inmovilidad e inhibición de gritos de angustia. El tono vagal aumenta considerablemente con una bajada de la tensión sanguínea y del ritmo cardíaco (...) en este estado, desde el cerebro de la criatura, tanto los componentes del sistema simpático que consumen energía, como los del sistema parasimpático economizador de energía se activan (...) provocando alteraciones bioquímicas caóticas, un estado de toxicidad neuroquímica para el cerebro de la criatura en pleno crecimiento.
Es preciso, pues, informar sobre lo que puede significar el dejar llorar a una criatura "hasta que se calle", "para que aprenda", etc. Porque quizá al principio se calle por cansancio físico y se duerma (una primera reacción de supervivencia); pero si se repite a menudo, lo que se hace es empujar a la criatura del estado de desesperación a estados de desconexión que se manifestarán en una amplia gama de síntomas autistas u otros, más o menos graves. Si el amor mantiene la salud, el desamor enferma. Dejar llorar a una criatura es un gran acto de desamor.
.
(...) La separación madre y criatura produce, con palabras de
Bergman, un impacto de por vida (a
lifelong impact). Pues bien, este impacto fisiológico y neurológico
que ahora se está poniendo en evidencia, fue observado y descrito hace
ya más de 30 años por Michael Balint en el análisis
psíquico; lo llamó "Falta Básica" (8).
Aquí también el paralelismo de lo psíquico y lo somático es un chorro de luz que alumbra la integridad y la unidad psicosomática de las criaturas humanas. No puede haber impacto fisiológico sin impacto psíquico y viceversa.
.
Como decía, tras cincuenta años de práctica psicoanalista,
Balint encontró de modo generalizado en sus pacientes, en la
parte más primaria de la psique, por debajo de la construcción edípica,
una herida, falta, o falla, producida por la ruptura del primary
love. Sobre esta herida, dice: su influencia se extiende
ampliamente, y es probable que se extienda a toda la estructura
psicobiológica del individuo y abarque en varios grados tanto su psique
como su cuerpo. Ahora la descripción fisiológica del survival
mode y el programa de defensa regulado por las hormonas del stress,
así como los recientes hallazgos de la neurobiología mencionados,
ratifican la descripción de las características de la herida
primaria hecha desde el psicoanálisis.
.
Balint asegura que la herida psíquica de este impacto
alienta una gran ansiedad y se mantiene
altamente activa toda la vida. Por eso, a lo largo de nuestras
vidas, cuando se produce una alteración o cuestionamiento del equilibrio
emocional edípico, con el que hemos arropado la herida y sobre el que
hemos construido nuestro "ego" (el ejemplo más común es la ruptura de
una pareja estable), se nos queda la herida al descubierto y aflora la
ansiedad que mana de la Falta Básica. La ruptura de la pareja adulta no
cuestiona nuestra existencia, ni tendría por tanto que provocar un
sentimiento de angustia tan fuerte; pero la ruptura de la pareja con la
madre sí significó un cuestionamiento de nuestra existencia. Esto quiere
decir que el miedo y la ansiedad que afloran en la edad adulta provienen
de la herida primal (que aunque enterrada se seguía manteniendo
"altamente activa") que ha quedado al descubierto, provocando
alteraciones graves en el comportamiento, violencia criminal, etc.
Referencias:
.
1: Bergman, N. Restoring the original paradigm
es un documental que contiene una información muy completa sobre el
paradigma maternal. Existe otro documental más corto : Rediscover the
natural way, que está traducido al castellano y que se puede conseguir
pidiéndolo a:
encargos.libros@laligadelaleche.org En
http://www.kangaroomothercare.com/ se puede pedir el Restoring
the original paradigm y descolgar varios textos, los estudios
clínicos de Bergman en Mowbray Hospital de Cape Town, etc.
.
2: Lloyd de Mause. The neurobiology of Childhood
and History y War as righteus Rape and Purification,
citados en "El llanto infantil y el cerebro".
http://www.dormirsinllorar.com/ y
http://www.psycohistory.org/.
3: Bergman, N. Le portage kangaroo. VI éme Journée Internationale de l`Alaitment. París, marzo 2005.
.
4: Schore, AN. The effects of early relational trauma
on right brain development, affect regulation, and infant mental health.
Infant Mental Health Journal 2001; 22 (1-2): 201-269.
5: Odent, M. Boletín del Primal Health Research Centre (http://www.primalhealth.org/). También desarrollado por Odent en I Congreso Internacional sobre Parto y Nacimiento en Casa, en Jerez de la Frontera, oct. 2000, y recogido en el libro La cientificación del amor. Ed. Creavida, Argentina, 1999.
5: Odent, M. Boletín del Primal Health Research Centre (http://www.primalhealth.org/). También desarrollado por Odent en I Congreso Internacional sobre Parto y Nacimiento en Casa, en Jerez de la Frontera, oct. 2000, y recogido en el libro La cientificación del amor. Ed. Creavida, Argentina, 1999.
.
6: Prescott, JW. Body Pleasure and the Origins of
Violence. Bulletion of the Atomic Scientist 1975. Está disponible la
traducción del artículo al castellano en internet en esta dirección:
http://www.violence.de/prescott/bulletin/article-es.html Es de notar
que existe un importante error de traducción en la tabla 1 del artículo:
Donde dice “bajo bienestar” en el original pone "low display of wealth",
algo así como “escasa exhibición u ostentación de riquezas".
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7: Citado por Carlos Fresneda en Las raíces
afectivas de la inteligencia. El Mundo, 22.09.2003.
.
8: Balint, M.
La Falta Básica. Paidós, Barcelona 1993. 1ª publicación:
Londres y Nueva York 1979.
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